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Medicina a la antigua.

«Eres un médico a la antigua».

Es una declaración que no esperarían que fuera hecha a un individuo de bata blanca que anda con una tablet en una bolsa, celular con múltiples funciones médicas, iPod en la solapa, audífonos «state of the art» por los pasillos del hospital; y menos por «La Cirujano», la primera.

Nada tiene que ver con los recursos sino con el abordaje. Al iniciar la práctica médica todo estudiante detesta la realización de Historias Clínicas, la repetitiva exploración e interrogatorio; termina, como muchos, inventando las historias o copiando un machote al cual prácticamente le cambia sólo el nombre. La culpa no es totalmente del estudiante. En ocasiones nos encontramos con profesores que dejan 20 o 30 historias clínicas para evaluación, o una pero sin retroalimentación; es un requisito para «pasar al paciente» a cirugía: «Invéntale una historia clínica rápido, ya está en el transfer pero sólo falta eso en el expediente», se escucha en servicios.

Pocas veces nos hemos detenido a pensar en ello, pocas veces nos han explicado la importancia real y no la que dicen los libros sobre la mentada historia; y es que en hacer un interrogatorio o exploración «state of the art» puede ser la diferencia entre un diagnóstico acertado y uno erróneo, incluyendo el tiempo de realización del mismo. Cada quién tiene su técnica, eso es más que claro; en el interrogatorio hay quien prefiere «tribuna libre», donde el paciente se explaya y te cuenta sobre las vacaciones que tuvo al lado de su gato, y el dirigido; que puede a llegar a ser el relleno de un simple y burdo cuestionario. Me agrada una combinación de las dos. En la exploración pasa algo similar, montones de técnicas y abordajes; algunos explorarán más de lo que pudieran deber, algunos sólo lo indispensable.

El punto es: si se tienen buenas bases en el abordaje de un paciente, son menores los riesgos de error hacia adelante.

Médicos que pueden hacer un diagnóstico sólo con «habitus externo» (con sólo ver al paciente), con dar un breve vistazo a un estudio de imagen o pruebas de laboratorio; sin duda el paciente es un ser integral, pero eso es un gran logro, y cuando el tiempo es vital esa es una característica que quieres observar.

Siempre he sido de la idea que las pruebas de laboratorio o imagen deberán ordenarse prácticamente para comprobar la impresión diagnóstica; me causa conflicto la expresión «Pídele todo» por parte del interno, residente, adscrito, base o jefe; o quien sea; lo peor es que ya sabemos qué es «todo» (que dista mucho de serlo), y a partir de ahí se aventuran a realizar algún diagnóstico o «sospecha», para la cuál piden más estudios o simplemente una interconsulta. Medicina burocratizada pudiera ser la expresión.

Medicina a la antigua. Probablemente las anécdotas que hicieron pensar a esa ilustre doctora que me orientaba hacia ese lado de la profesión hayan sido cuando se supo un diagnóstico de apendicitis con sólo mirar la curvatura de la columna y saber la orientación del negocio internacional de la cocaína al mirar un par de orejas, entre otros diagnósticos sospechados a través sólo de interrogatorio y exploración.

La medicina «a la antigua», hasta donde lo veo, no sólo incluye la aproximación a un problema diagnóstico, sino al concepto del «ser médico», de la profesión, el oficio, la persona, el grupo. En una profesión casi tan antigua como la prostitución han habido múltiples cambios y tendencias, transformaciones del médico y de la sociedad que lo rodea, de los problemas a los que se enfrenta, pero habitualmente se le identificaba como alguien que tenía conocimiento no sólo sobre el cuerpo humano, sino sobre otros muchos temas que aparentemente podían no tener algo que ver; se le consideraba como alguien que podía resolver problemas de otras índoles, se le tomaba en cuenta para problemas sociales, familiares, políticos y culturales, por mencionar algunos. Aunque en la actualidad puede seguírsele considerando en opinión para varios menesteres, ya es dudoso que el grueso de los médicos puedan desempeñar satisfactoriamente esta labor.

«El médico que sólo sabe de medicina, ni de medicina sabe», es una de las muchas frases célebres que circulan entre los oídos hospitalarios; es verdad. En ocasiones se está tan obsesionado con la carrera que hay quien se la pasa leyendo temas médicos de varias bibliografías, resumiendo, resolviendo, repasando y haciendo gran cantidad de actividades con el propósito de «ser mejores» en su ocupación. El paciente no es un problema médico; es una persona y como tal se integra como un individuo «bio-psico-social», algo que muchos médicos no comprenden o prefieren no verlo. Es por esto, por la «alta especialización» que se descuidan otros temas, incluso de lo que pudiera considerarse cultura general o popular; lo cual vuelve la atención deficiente.

Todo tiene una razón de ser. Desde preguntas como «¿Qué es una diva, un chacal y una perra?», «Nombre las tres pirámides de Egipto, la persona que realizó la primera apendicectomía, el nombre de los siete enanos», «Fórmula para resolver la hipotenusa», «Mencione las teorías del origen del VIH», «¿Cuál es la posición del clavo?», «Diferencia entre un travesti, transexual y transgénero», «¿Qué es un papión sagrado?». Aunque no lo parezca todo esto tiene relevancia en la práctica, en realidad permite un pensamiento más ágil y fluido sobre la problemática del paciente; y no sólo eso, forma parte de la cultura, imaginen a sus hijos o alumnos haciéndoles estas preguntas y ustedes incapaces de contestar; si se dirigieron a ustedes es porque esperan que lo puedan contestar.

Y así habrá muchos que no puedan contestar ni lo que se encuentra en su campo; el cirujano de columna que no sabe la curvatura cervical normal, el urgenciólogo que dice que mareo y vértigo es lo mismo; entre otros (muchos). También habrá el que se ponga a conversar amenamente sobre eventos paranormales, física, energía, cultura egipcia, el universo, filosofía, tecnología; hasta temas que incluyen su especialidad pero abordados desde puntos de vista realmente artísticos o filosóficos.

Ser un médico moderno implica pedir una tomografía occipito-calcánea para todo, dar antibacterianos para una gripe de origen viral, pedirle «todo» a un paciente antes de siquiera verlo y despilfarrar en recursos que no son aprovechados, entonces desdichada sea la medicina del futuro.

A mi parecer se debe conocer la más nueva tecnología y su utilidad, tenerla en consideración para lo necesario; pero también conocer que un examen general de orina, una biometría hemática y una química sanguínea nos pueden dar muchísimos datos para pedir sólo lo indispensable de una manera responsable; de tratar al paciente como persona y no como número o «problema».

La medicina ciertamente no es una ciencia exacta; sí, tiene ciencia, pero también tiene arte, esa parte artística tan olvidada. Como dice cierto cirujano: «La diferencia entre artesano, artista y cirujano: el artesano trabaja con las manos, el artista con las manos y el corazón; y el cirujano con las manos el corazón y el cerebro.» Sin duda otra de las frases citables hablando de cirujanos es «Para mí un cirujano es un internista que opera».

En fin, aunque el camino que llevo es corto pero muy amplio y enriquecedor, parece que depende de cada quien la clase de médico que se busque ser, y por consiguiente la imagen que se le dé a la profesión.

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«La era de la información»

Left to right, Eric E. Schmidt, Sergey Brin an...

«La era de la información». Ufanamente hemos bautizado así «nuestra era», probablemente por que no tenemos un evento trascendental mayor para definirla, como dice Tyler Durden

«… Somos los hijos malditos de la historia, desarraigados y sin objetivos. No hemos sufrido una gran guerra, ni una depresión. Nuestra guerra es la guerra espiritual, nuestra gran depresión es nuestra vida…».

Y si deseamos sustentar tan ambicioso nombre para la época no hay mejor emblema que Internet. Nos jactamos de la excesiva cantidad de información que está ahí, accesible a todos, al instante, lista para ser usada… Sin embargo eso es lo que hace falta.

Empecé a hacer uso de esta maravilla al rededor de 1997, cuando Internet era joven, y en esta ciudad era algo tan nuevo que prácticamente pasaba desapercibido por no encontrar una utilidad inmediata o relevante por muchos. Desde entonces estuve maravillado con la cantidad de información disponible, aunque frecuentemente no encontraba resultados satisfactorios a todas mis búsquedas e incluso me podía jactar de haber realizado una búsqueda que Internet no pudo responder; entonces me daba cierto orgullo subir esa información, y sentía que era parte de este nuevo medio, que ayudaba a enriquecerlo. Por alguna razón siempre fue ética esa labor, con bibliografías y todo.

En ese entonces no existía Google como tal, apenas había sido registrado el dominio y no entraría en funcionamiento hasta el año próximo, obviamente no con el poder que tiene ahora, a mi parecer era deficiente. Las búsquedas de información se hacían de una manera más artesanal, utilizando diversos buscadores que ahora ni se recuerdan, dirigiéndose a los sitios en específico y a vínculos que proporcionaban los mismos, convirtiendo la navegación en una especie de cadena o camino; incluso me aventuraba a inventar URLs que me llevaban a sitios que sólo saltaban más dudas.

Todo esto también llevaba mucho tiempo, contaba con la asombrosa velocidad de conexión que fluctuaba entre 48k-56k por medio de un módem telefónico que tardaba entre dos y tres minutos para el marcado y conexión, fue parte de la pesadilla para mis padres dado que la línea telefónica estaba inutilizada mientras estuviera «en línea». El tiempo era de tal magnitud que para cargar sitios de sólo texto podía dar click en el vínculo, bajar dos plantas, prepararme un snack y regresar para ver cómo terminaba de cargar.

Ahora podemos basarnos en críticas para saber si instalamos un programa o no; las cosas eran más personales, por ejemplo, Internet Explorer nunca me ha gustado así que lo cambié por Netscape, navegador del cuál probablemente muchos no hayan escuchado hablar; y la más representativa de las pruebas: Linux.

Comencé con la versión Red Hat, para la cuál tuve que comprar dos cajas de disquetes de 3 1/2 y tardar al rededor de ocho horas para bajarlo, interminables para instalarlo y entenderlo. Probé otras versiones jóvenes como OpenSUSE, Mandrake… Hoy en día Fedora, Debian y Ubuntu son la gloria comparadas con las que inicié.

La razón por la cuál pasé tanto tiempo en eso fue porque en una ocasión vi una comparación de Linux con Windows y iOS; Windows lo entendía, iOS también, pero no Linux. Pasé buen tiempo informándome sobre el sistema operativo, pero lo que encontré no llenó mis expectativas, no había mejor solución que verlo por mi mismo, y así fue.

Mi punto: Somos una sociedad que tiene mucha información, lo que no tiene en la misma cantidad es razón, necesitamos hacer algo con toda esa información, crecer a través de los resultados que podamos obtener de ella; de nada nos sirve que esté ahí si no se ocupa. Verbi Gratia, tengo más de 10 Gb de libros médicos, tengo la información, la puedo leer, memorizar, pero si no la razono ni la aplico, de nada sirve; no importa la cantidad sino lo que se haga con ella. Basado en un comercial hago el siguiente ejemplo sobre diabetes; en un folleto o panfleto podría incluirse lo que un paciente debe saber sobre los cuidados, tratamiento, precauciones y posibles complicaciones sobre la enfermedad, y no dudo que exista tal, sin embargo, si lo ocupa como porta-vasos para su Pepsi de 2 litros que consiguió al ordenar el paquete familiar de receta secreta en KFC (con ensalada y complementos) y ocupa las hojas de dicha información como servilletas… He ahí la inutilidad de la información por sí sola.

Es necesario que haya impacto, motivación, emoción, conmoción e incluso necesidad para ejecutar el proceso de razonamiento, de interés y asimilación de información.

Retomando el ejemplo de la diabetes y relacionándolo con un especial sobre Willie Colón, hagamos la comparación de la diabetes con el SIDA.

En ese comercial hablaban sobre una persona con glicemia elevada, quien despreocupadamente decía «pues sí, pero no me duele», el SIDA tampoco duele, de ahí que se haya vuelto epidemia y las personas sean portadoras sin saberlo; sin embargo hay una gran diferencia, la sociedad.

A un diabético la sociedad no lo nota «enfermo» (al igual que un paciente con VIH), le dan a bienvenida en cualquier centro de comida rápida, es contratado sin problemas porque la enfermedad no es contagiosa y para enorme desgracia, por lo menos en México, se toma ya como algo normal, prácticamente se encuentran dos diabéticos y en vez de juramento de sangre hacen juramento de insulina (quien lleva tratamiento, quien no lo lleva seguramente podría hacerlo con un par de rebanadas de pizza).

El VIH tiene otro punto de vista muy distinto, los pacientes son vistos como si llevaran veinte kilos de explosivos plásticos y estuvieran fumando, muchas personas creen incluso que el virus es transmitido por aire, por saliva, por contacto y seguramente hay quien cree que hasta por teléfono; lo que me lleva a recordar ciertos  tweets de cierta bloggera de fama internacional, en los cuales menciona a un homosexual que sube al metro para pedir apoyo monetario que sería destinado a una asociación para la ayuda a pacientes con VIH/SIDA, la cuestión es que una mujer fue extremadamente despectiva con este personaje, pero sobre todo ignorante y déspota; en respuesta el paciente escupe en los zapatos a la señora y ella gritando angustiada decía que había sido contagiada y que prácticamente veía su muerte inminente. Acto seguido, la bloggera, también indignada por lo déspota que fue la señora, le dice que la enfermedad no es contagiada por saliva, a lo cual esta «señora» responde groseramente y con una mentalidad muy cerrada.

¿Para qué queremos ser la «Era de la información» si no hacemos nada con ella? En lo personal me incomoda no saber algo que me causa curiosidad o me es de utilidad y no solamente la información puntual, sino sus relaciones con temas similares, soy un junkie de la información; pero me molesta más no entender las cosas, he memorizado cosas que «me han sacado del apuro» (sic) pero me enoja el hecho de no decirlas razonadamente, y me vuelvo obsesivo-compulsivo con el tema hasta que lo he entendido.

No digo que sea un modelo a seguir, de hecho me considero muy lejos de serlo, pero creo que por el bien de nuestra sociedad, y me atrevería a decir, de nuestra especie; debemos ser conscientes del poder y facilidad que tenemos actualmente para obtener un gran avance o por lo menos para salvarnos o salvar el planeta, que por donde lo veamos, ya sean guerras, desastres ecológicos, accidentes, revueltas, malos gobiernos, rebeliones, o simplemente sintonice las noticias… Puede ser cambiado mediante el razonamiento de la información.

El tema es infinitamente largo y abierto a debates maratónicos.

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Jodido y cómo dejar de estarlo.

El mundo está jodido, sí, bastante; es verdad. No voy a insertar aquí el comercial de Coca-Cola que es motivación pura, o un video de Greenpeace, el mundo está jodido y punto.

Ni empieces a lanzar pestes contra la economía mundial, los gringos, guerras, avaricia, drogas o rock n’ roll; la culpa es tuya. Ah ¿No me crees?

Qué has hecho hoy por cambiar algo de eso, y no digo cambiar al mundo, un cambio en tí. Todos tenemos defectos, claro, y no nos podemos dar el lujo de ser pasivos y hacer nada; nadie NADIE es perfecto, menos tú, menos yo.

Una cosa es reconocer cómo están las cosas, qué problemas hay, cuáles son los errores cotidianos; otra muy distinta es hacer algo. Quizá una de las respuestas más conformistas sea no saber qué o cómo hacerlo. Bien dicen que el que no se equivoca es porque nunca hace algo, es mejor un error con la intención de hacer algo que no equivocarse por hacer nada.

Y seguro sientes cómo llega a tu mente la pregunta: ¿Y qué carajos hago?

Si quieres que la vida sea mejor no intentes solucionar la delincuencia, la corrupción, cambiar la política del país, mandar lejos al viene viene; cambia TU vida… ¡Ey! Momento, no empieces a querer correr un maratón o estudiar una carrera con futuro, baby steps, cambia el día de hoy.

Verbi gratia:

Hoy leía sobre muchos fracasos cinematográficos y las millonarias pérdidas que dejaban, miles de millones de dólares; y por ahí, algún mexican@ decía: «Son n-millones perdidos en películas y África se muere de hambre».

Sí, vamos a salvar a África del hambre, esos niños tristes, morenitos, chinitos y edematizados que salen en la tele, en Direct Relief o cosas similares; Angelina Jolie lo hace, debe estar bien ¿no?

No tengo nada contra ellos, estoy consciente de su situación.

O mejor ya sé, a Japón. Pobrecillos, con el tsunami, su planta nuclear destruida, apagones, se les fue abajo la agricultura y pesca.

Sí, sarcástico, pero nuevamente no tengo algo contra ellos.

En México muchos niños mueren de hambre, del mismo modo que los africanos; en Tabasco, Chiapas y Yucatán hay inundaciones a cada rato, bueno, hasta en el D.F. Tenemos problemas energéticos, si bien los padres de familia no sufren por ir a cazar o hacer sopa de piedras, sí tienen dos o más empleos cada uno, que llegan a ser muy parecidos a la esclavitud, aún así no pueden mantener a su familia en lo más básico.

No estoy diciendo de forma alguna que mañana salgas a darle comida y dinero a los vagabundos o «lisiados», a ancianos o niños descalzos.

La realidad más dura, y es verdad que muchos de los supuestos vagabundos no lo son, es el mero disfraz. Un profesor de literatura me contó que tenía amigos «vagabundos» y que en una ocasión él mismo salió a ejercer el papel, ganando dinero en cantidades de más de tres o cuatro cifras; de ninguna manera mi profesor era el hippie estereotípico, fue gerente de una importante compañía y el dinero, como la curiosidad, le sobraban.

No pienses en dejar de darle tu dinero al vago para dárselo al niño o anciano. Es sabido que los niños son «alquilados» para estos fines, teniendo un pimp que los maneja y se hace de sus ganancias; los ancianos son explotados por particulares, asilos o incluso sus mismos familiares.

Ahora te quedas con ese dinero de beneficencia en mente, no lo darás en la calle pues te has percatado que la gente abusa de los sentimientos de sus congéneres, ¿Qué harás con él? ¿A quién ayudarás?

Bien puede ser a tu familia, que tal vez no lo necesite porque muera de hambre. Pasamos de África  a Japón, a México, a tu colonia; veamos lo obvio, tú.

Busca ser feliz, aunque sea por hoy, mañana será otro día. Cambiando tú iniciarán a cambiar muchas cosas, imagina que el promedio de ciento cincuenta lectores diarios de esta cosa lo hicieran; serían ciento cincuenta personas felices, y éstas pudieran decirlo o hacer felices a una sola persona, el cambio así se inicia.

Otra vez, tenemos la costumbre de exagerar. No te compres un viaje a Las Vegas, empieza de a poco, no se trata de acabar con el capital o sobregirar tarjetas. La felicidad se encuentra en pequeñas cosas como me dijeron hace unas horas «Soy feliz porque amé el pintado perfecto de mis uñas», busca un momento de felicidad en cosas pequeñas y tal vez cotidianas.

¿Quieres hacer historia? Actúa, al final del día pregúntate si fuiste feliz; no recuerdes los momentos que fueron tristes o indeseables, la pregunta es ¿Cómo fui feliz hoy? Respóndela y aprende a no contestar más de lo que te pide esa pregunta.

¿Cómo fuiste feliz hoy? Punto.

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Felipe.

¿Quieren que les cuente una historia? Pues se las voy a contar, si no les interesa no me importa, denle cerrar al navegador.

En el post anterior les comentaba sobre el misterio de Viterbo, pues bien, sí es algo extraño; el misterio y supongo que también un poco Felipe.

Descubrí «por definir» a partir del blog de Plaqueta, en aquella bella época dorada de los blogs, donde había posts nuevos cada ocho días como mínimo, te enterabas de la vida de los demás de una forma interesante aunque fueran hechos sin importancia, dabas y recibías feedback en los comentarios… Qué tiempos aquellos.

Al principio no tenía ni idea de quién era aquel autor excéntrico de tan sobrio blog (sobrio en diseño, no en contenido), para mí era un anónimo.

Me convertí en un asiduo lector, nunca me suscribí, me agrada hacer las cosas a la antigüita y visitar la página. Al paso de los posts me inquietó leer cosas que pude haber escrito y seguramente había pensado, en cierta forma sentía que era rebotar ideas pero con una redacción que se podía saborear, con esa intriga de novela y el detalle característico del realismo mágico. Entonces ví: «(Yo) Pero por qué».

Aunque no me dijo algo acerca del autor como individuo, me dijo bastante sobre el escritor, sobre ese anónimo. Hoy sé que fue el editor de Chilango, revista que siempre me había gustado, que es padre, divorciado, etcétera. Había dejado de ser un anónimo.

Por alguna razón los tiempos en nuestras existencias tenían una cronología similar, pero no coincidían. Bien podían narrar experiencias pasadas o tener cierto aire premonitorio. Extraño, told you.

Montse cree mucho en estas cosas cósmicas de la existencia, yo soy más escéptico. Sigo leyendo «por definir», no le encuentro el mismo feeling a Chilango, no conozco a Felipe en persona, ni siquiera he tenido alguna charla con él; sin embargo a través de las letras hay alguna extraña conexión, algo así como lo que pudiera ser con otros escritores de otros tiempos, solo que más cercano.

Tristemente escribo sobre esto en uno de los peores momentos de mi redacción y gusto por la escritura, hoy en día es más por necesidad, por querer retomar la costumbre. Siento insultar a dicho autor con un post tan laxo y de narrativa errante, pero como he dicho, no es el mejor tiempo para hacerlo, pero sí es lo mejor que puedo hacer por el momento.

Les recomiendo su blog.

 

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Comfortably numb.

A estas horas aquí, comiendo productos marinos, tomando una quimera improvisada producto de la fermentación mientras vomito letras en este lienzo en blanco para ver que sale; alternado con la repetitiva tarea de proyectarse en una serie televisiva común y corriente.

Después de un mal día, perdón, no echaré la culpa al día, la culpa la tienen 2 momentos, uno más que otro, que por no llorarlo, lo he corrido. ¿Productivo hacerlo de ese modo? Lo dudo.

Sin embargo, la última palabra supongo no quedará en mí, me he dado cuenta que es absurdo buscar una solución en mi mente dado que es la misma que alberga el problema. Corrección. La idea del problema. El problema por su parte anda por ahí libremente, que es un punto más en contra.

Also, cambié el tema del blog, seguro lo habrás notado, it’s cute, isn’t it? Admito también que extraño el banner que decía Le Vrai, era chulo ¿a que sí? Además me tomó horas hacerlo.

Día a día descubro verdades de la medicina, desenmascaro misterios de la vida, orgasmos mentales como dice Ramón, maldita sea la hora en que caemos con que nadie puede tener todo en la vida, jodidamente por siempre. Y sí, este año me ha jodido más que a una puta de la Merced, pero qué hacerle, aquí sigo parado en la misma esquina donde seguramente el 2011 volverá a hacer de las suyas.

Supongo que haré algo para cambiar de locación, es justo y necesario, mi deber y salvación, ok, tal vez exageré en lo de salvación, pero por algo se empieza. BTW, esta quimera sabe a rayos, es de esas cosas que pueden ser turbosina y te hacen temblar tras cada trago, although, las aceitunas son buenas.

BTW (otra vez), supongo que regresaré de este lado a escribir tontería y media de mi vida como lo hacía con otras muchas entradas, Anatomy of a Docteur mind lo dejaré para cosas que tengan que ver realmente con la medicina, o ciencia, o lo que se me dé la gana.

Damn House.

Proximamente, el misterio «por definir» de Luis Felipe Soto Viterbo.

Tuna is over.

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El coma profundo.

Si les llegase a interesar el no-futuro de este blog: http://anatomyofadocteurmind.wordpress.com/2010/07/10/la-muerte-de-un-blog/

Quedará abierto para consulta de lo que se les pueda ofrecer, sobre todo por las numerosas búsquedas de CIPRO, lo cual, por cierto, estoy ya muy desconectado, pero con los comentarios hay más que suficiente información y podrían usarlo como un foro para intercambiar opiniones y preguntas, fue un placer.

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Médicos cultos.

Sólo las extrañas, originales e incomprendidas composiciones del genio y maestro Frank Zappa han logrado que escriba algo aquí.

*Nota: debido al detonante, los resultados pueden ser inesperados o distintos a los deseados, Frank Zappa no se hace responsable por el mal uso de su música.

Ahora sí. A lo largo de este tiempo en mi nuevo rubro he realizado tres posts; uno cuando aún era de chocolate, otro de fotos atrasadas y el último diciendo «Dije que regresaría» (pero no les dije con qué frecuencia hahahaha <why so serious?>), lo que me lleva a recordar a Alejandrina (la maestra o miss, para los más nice) diciendo «Los médicos solían ser tan cultos…» (léase con aire nostálgico mientras se recuerda a médicos como DaVinci, Hipócrates o algún asiático sabelotodo), se le debe tomar en cuenta, digo, viene de una familia llena de médicos (que no la pelan, BTW)… Ooops! Parece tener algo de razón, los médicos futuros médicos que conozco no son tan cultos como lo serían en otra época; quien sabe de música no lee (o ha leído lo que ha tenido que, o por poser sin entender), el que lee no sabe de música o cocina, el que sabe de cocina no sabe de medicina, el que sabe de medicina no sabe de la vida. Tal vez aquí entre el clásico «No se puede tener todo en la vida» ¿Eso creen? … Wrong! Sí se puede, solo que no por mucho tiempo.

Regresando al punto de Alejandrina (sí, nuestras cabras se acompañan en el monte), mientras viajo en el barco médico me doy cuenta que simplemente no hay el suficiente tiempo para empezar algo. El que sabe de música puede tocar un poco, descubrir algún grupo nuevo, pero no empezar a leer (que no sea de medicina o a menos que lo acostumbre <raro>), el que no sabe cocinar puede aprender comida de microondas ¡Pero eso no entra en el perfil de «Médico culto»!

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I said I’ll be back.

10132009211Se acabaron los departamentales (primer bloque), lo que me da algo de tiempo para prestarle atención a este poor blog tan olvidado por mis dedos y por mi mente. Para compensarlo por el long long time está estrenando layout y header, nótese sólo es «Le Vrai», que significa; «La verdad» (o el verdadero); una tarde para hacerlo (estoy muy oxidado en Photoshop) y como tal refleja la medicina, por y para la que he estado viviendo hace ya un buen rato.

Estrenando Windows 7 (pretty cool actually), Office 2010, Firefox 3.6, entre mis nuevos amores están Goldfrapp, la nueva campaña de Chanel «Coco Cocoon», las chapatas de la FM, Lily Allen y los modelos médicos computarizados que muestran de manera estética las cosas abstractas (histolgía) y por supuesto, sentir el acero del instrumental en mis dedos (guantes, de hecho) mientras me dedico a estudiar paciente y meticulosamente la maravilla que es el cuerpo humano.

Cheers!

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Ese de rojo!

OMFG!!!! (Hasta siento raro dar clic en «Add new post») Acabo de recibir el mejor regalo de cumpleaños en mucho tiempo, el concierto de Elton John «Red Piano» en el Caesar’s Palace, una obra maestra de Elton John (obviamente) y David LaChapelle, definitivamente probablemente mi ilustrador favorito.

Me llevó a través de un recorrido introspectivo no solo de mi vida (lo cual es por definición), sino de la misma vida y existencia en general.

Te introduce de manera lenta y tranquila como depredador disfrazado de presa con «Bennie and the Jets», se mueve cautelosamente hacia «Philadelphia freedom», clásica para los «Fans from Hell»; pero al llegar a «Believe» es cuando el viaje inicia. En la temática del amor (una de las más complicadas e inconclusas) hace reflexionar primero sobre el mundo como lo menciona Elton, y tomando en cuenta el «Examen Médico Automatizado» de hoy (no me ponen en una banda ni lo hacen robots), específicamente la sección de las preguntas de «Ayudas o te gustaría ayudar en alguna organización que:» <inserte aquí organización altruista que se le ocurra>, todas la mayoría eran «no», y siendo futuros doctores, siendo el lema de la Facultad «Aliis Vivere» (vivir para los demás), es algo oximorónico. Tal vez sea una tendencia que aqueja a la sociedad desde principio de año, recuerdo el diciembre pasado, la gente era amable, había más sonrisas en la calle, más good randomness, la «vibra» era distinta; adjudiquémoselo <palabrota> a la crisis económica, la crisis política, la crisis existencial, la muerte de Michael, el regreso del PRI, o lo que pueda crear sentido aquí.

En serio, al momento siguiente que tengas contacto humano (no es albur) sé amable, y con una sonrisa sincera en el rostro; los humanos imitamos inconcientemente y verás que tienes 98% de probabilidad de ser correspondido, además del buen karma por el efecto cadena, la liberación de endorfinas y mejor estado de salud, anda, parece que en cada post pido algo pero lo que ofrezco es que tendrás un buen resultado ¿Qué gano yo? Lo mismo que tú al hacerlo.

Regresando al tema <300 km después> creo que me proyecto en cierta parte del «Rocket man» (8)Cause I’m a rocket man(8), claro, a cierta faceta o etapa, pero siempre está el momento en que sientes arriesgar más de lo que puedes ganar y aún así sabes que es lo correcto, por tanto lo haces aunque te sientas like crap en el trayecto, es lo que debes hacer. De algún modo la larga continuación del solo y armonía del piano la interpreto como el cambio de la percepción del tiempo, de esos momentos que parecen eternos, buenos y malos, de la aceptación de las consecuencias y del intento por prolongar la vida y estado en el que estamos aunque la realidad nos alcance y se lo lleve de una manera con suerte, artística. A final de cuentas, no importa como haya sido la vida, tu acierto o error lo importante es gritar de lo seguro que estás ahora I’M A ROCKET MAN!

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And the Sun will rise.

El día apenas empieza (hace 3 horas) y la nostalgia llega con las primeras corrientes de gélido viento, atacando con todo lo que tienen antes que el primer rayo de Sol se la lleve. No es nostalgia por el pasado, futuro y por supuesto mucho menos el presente, solo es nostalgia.

Con duda y deseo, casi lujuria por derramar de la forma mas sutil y perfecta mis pensamientos, acaricio y suavemente rozo cada tecla, pulsándola solo lo necesario para plasmar lo que choca en mil direcciones dentro de mi mente. Jack me llama, quiza él sea el culpable de este momento, quizá Mr. Daniels sea quien impide que esto vaya más allá, pero de lo que estoy seguro es que Mr. Benson hace que las ideas bajen su ritmo para que puedan fluir elegantemente para que al momento de evacuar su fuente sean arrojadas con despecho, como quien tira algo desechable, no solo inservible sino impuro y detestable. Cae muy lejos, esparcida en unos y ceros, casi destrozada…

Lenta y cuidadósamente es tomada entre manos delicadas y expertas para su salvación, justo antes de perecer por siempre, sin remedio. Está maltrecha, casi insalvable, pero en el casi radica la esperanza, pero ¿Acaso valdrá la pena?

El tiempo no es importante, cierto, pero la vida lo es, y transcurre mucho más rápido que el tiempo en sí, de hecho el tiempo no transcurre, la vida lo hace y medimos al primero en base a la segunda.

¿Cómo medir la calidad de vida? Hay quien dice medirla en el número de personas que te recuerda, en los amigos, acciones, impacto a la sociedad, cierto, así miden tu vida los demás ¿Cómo sabes TÚ si tu vida es tan buena como pudiera ser? Pero más importante ¿Cómo hacer que sea tan buena como pueda llegar a ser?

«Vivió los años que debió vivir, de los cuales, la mayoría los vivió hablando. Buscó la gloria de la vida, para él y la de los demás, pienso que la halló aunque el piense lo contrario, porque cierto es que una ferviente creencia suya fue el siempre mejorar. En una ocasión dijo que se podía vivir conforme 3 libros, «Cien años de soledad», «El Padrino» y la «Biblia» tenía razón aunque viviera solo conforme a él mismo, fue amante de la vida, reconcilió y encontró el equilibrio entre arte y ciencia, pero si algo he de decir acerca de como vivió diría que lo hizo apasionadamente, para él lo más importante. Pasión en cada instante de su vida, escondida y atrapada bajo esa apariencia gélida; detrás de esa expresión que parecía premeditar cada movimiento (…)»

Puede ser dulce, agrégalo poco a poco, con calma; eso, así despacio. No agregues demasiado porque puedes volverlo plano y borrar todos los matices que con paciencia fuiste creando, un poco más. Tiene tonos ácidos ¿Lo percibes? Claro que sí, entre más ácido mejor, es importante, mucho; te mantiene alerta, da oportunidad para distinguir más sabores, para que no te vicies pero te envicies con él, permanece en el fondo y difícilmente lo puedes quitar.

Post de vómito cerebral en escritura automática con matices emo-nostálgicos a las cinco de la mañana que a nadie le importa pero TÚ lo provocaste… UNDONE!!!

Cuidado que está amaneciendo…

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